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martes, 9 de noviembre de 2010

LECTURA Y ESCRITURA DESDE EL CUERPO NO COMO UN HÁBITO

Ver las diferentes formas en las que una persona puede entrar en el mudo de la literatura nos permite cuestionarnos frente a como nosotros mismos podemos llegar a ser el puente entre la lectura y escritura de nuestros hijos.
Creo que como se plantea en el texto de clara cuervo “leer y escribir como emociones corporales nos ayudaría como padres, maestros y personas a ver la forma de crear ese puente no solo como se ha establecido por años como un habito sino como experiencias corporales.
Desde este escrito el habito de lectura y escritura es considerado como una costumbre, algo repetitivo, mecánico, automático sobre la cual no hay reflexión, (Cuervo Mondragon, 2008) es por tal razón que al decir que todos los días se va a escribir sobre algo o leer tal texto se convierte en una imposición y entonces recaeríamos en el famoso rito del habito de la lectura y la escritura; cuando la forma más apropiada es considerar, primero la forma como nosotros como adulto nos formamos en el gusto y el amor por esta y segundo dejando entrever las emociones que algún texto o escrito nos ocasiono o nos apasiono.
Para continuar con lo relacionado a la forma de construir el puente entre la escritura, la lectura y las personas es necesario remitirnos al cuerpo emocional en palabras de Restrepo “Cuando digo “tengo un cuerpo” establezco una distancia entre el yo mental y espiritual, y el físico o material. Cuando digo “soy cuerpo” acepto que las ideas, emociones, sensaciones comparten la misma naturaleza de los huesos, órganos y músculos” (Restrepo, 2005), debo aceptar que no solo soy hueso, carne y mente sino que mis emociones juegan un papel importante en como recibo y transmito mis experiencias en cuanto a la lectura y la escritura.
Dar a nuestros hijos sensaciones y emociones de desagrado o pereza frente a la lectura de un texto provoca lo mismo en ellos y si además de esto descalificamos su forma de comprender el mundo y contextualizarlo cuando leen o escriben el objetivo de leer y escribir por amor se queda en el limbo entonces es hora de preguntarnos ¿he contribuido a que mi hijo ame la lectura o la he impuesto como un habito?, ¿limito a mi hijo o hija entre lo mental, espiritual y su cuerpo?.
Para terminar es claro que somos los responsables de lo que suceda en el mundo de nuestros hijos con relación a la lectura y la escritura según la forma como los afectemos o apasionemos; con solo promover la palabra y la emoción desde Maturana “como disposiciones corporales dinámicas que define los distintos dominios de acción en los que nos movemos la emoción nos lleva a la acción no la razón” (Maturana, 1998) lograremos un acercamiento a esta sin necesidad de verlo como algo estricto o terminado en nuestras vidas.
Cualquier momento puede ser un inicio, un aprender de cómo encaminar desde lo emocional las situaciones, hechos y procesos de vida en nuestros hijos e hijas.
Maudany Casas López

BIBLIOGRAFIA
Cuervo Mondragon, C. I. (2008). Leer y escribir como experiencias corporales. Bogota.
Maturana, H. (1998). Emociones y elnguaje en Educaion y Politica. Bogota: Tercer mundo.
Restrepo, A. (2005). La educacion desde las eticas del cuidado y la copasion. Bogota: Pontificie Universidad Javeriana.

1 comentario:

  1. Muy interesante tu reflexión. quiero decir, que en los colegios se quejan que en las casas no ayudan, pero digo desde la calidad de estudiante, que no solo la casa es un refuerzo, sino que lo impuesto es rechazado por el cuerpo, la verdad no creo que se esté lejos de poder contribuir a nuestros niños, dejando de ser autómatas, no podemos desarticular la educación como esta, pero si podemos hacer de ella que sea lo que hemos aprendido en este proceso, un recorrido con nuestros sentidos, no solo a escuchar sino a ser escuchados, por tanto no solo a dar sino a recibir también.

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